Al igual que el Yoga y otras disciplinas, los movimientos de las Danzas de Gurdjieff proponen una conexión del intelecto, la emoción y el cuerpo y su relación con el ser esencial. Como diría Gurdjieff: “el centro de toda verdadera enseñanza debe ser el Ser Esencial. Sin ello todavía no hay ser humano”.
La utilización del cuerpo, la respiración y el espacio en el que nos movemos, como en la Práctica de Yoga, nos ubica en el aquí y ahora de una manera indiscutible, obteniéndose una atención educada y eficiente usando estos elementos básicos.
Un Curso de Milagros está diseñado por una mente que te habla desde fuera del “laberinto” y te guía directo a la salida. Su finalidad no es darte una forma de la verdad, sino ayudarte a deshacer los obstáculos que tú mismo has puesto entre tu mente y la verdad. Un milagro es un cambio interno. Cuando repentinamente cambias de una percepción de odio hacia alguien a mirarlo con amor, eso es un milagro; es una corrección de la forma cómo el ego mira.
En las Danzas de Gurdjieff necesitas ESTAR PRESENTE COMPLETAMENTE…y aun así…jejeje…te pierdes…no se trata de tener más destreza o habilidades, es llevarte a un lugar fuera de tu zona de confort y manejarte y perderte, para volverte a encontrar. Alberto nos propone una frase-guía con la que reconectamos a lo largo de la sesión para recordar un objetivo, un compromiso o una situación personal que queramos esclarecer o quizás, producirse un “milagro”…
Se destacan entre los beneficios de las Danzas:
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proponen una conexión del intelecto, la emoción y el cuerpo
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crean nuevas redes neuronales
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integran la actividad de ambos hemisferios cerebrales
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provocan estados de alerta
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establecen fenómenos de doble atención, “toda ella en tiempo presente pero dividida”
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permiten detener las asociaciones mentales